Adviento 2013

Adviento 2013

viernes, 24 de diciembre de 2010

Reflexión Navideña 25.12.10

Reflexión Navideña 25.12.10

PAPÁ, SE HA ROTO EL CIELO

El día amanece.

Está nublado.

Penosamente se abre paso la luz.

El ómnibus se desliza sereno por la carretera en medio del desierto de Sechura.

De pronto, entre las distintas tonalidades de las nubes, aparecen unos rayos amarillos.

El sol dorado del amanecer cubre de oro las dunas y los pequeños arbustos.

Parece que se ha roto el cielo y el sol reclama sus derechos.

El sentimiento se hace oración al Padre Dios: ¡Papá, se ha roto el cielo!

Es exactamente lo que estamos celebrando en esta Navidad.

“Cuando todo estaba en el silencio profundo de la media noche el Altísimo pronunció su Palabra”.

“Y el pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande. Habitaban tierras de sombras y una luz les brilló”.

Jesús aclaró en una oportunidad: “Yo soy la luz del mundo”.

De hecho en la Navidad se rompió el cielo y por esa ruptura nos vino Dios. Lucas nos lo dice de una manera poética y llena de ternura. El ángel iluminó la noche y “la gloria del Señor envolvió en su claridad” a los pastores:

“No teman. Les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo. Hoy en la ciudad de David les ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor”.

La señal para encontrar a este Salvador hecho niño es la máxima pobreza.

“Envuelto en pañales”, tejidos por el amor maternal de María y “acostado en el pesebre” que le brindaron los hombres.

Y mientras la ciudad de Belén pasa la noche, como de costumbre, de espaldas a la luz, los ángeles, locos de alegría, alaban a Dios:

“Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor”.

“Y los confines de la tierra contemplan así la victoria de nuestro Dios”.

Y la Iglesia canta también en esta noche iluminada por el Sol “nos ha amanecido un día sagrado, vengan naciones, adoren al Señor porque hoy ha bajado a la tierra una gran luz.

Sí. Y para que entendamos que se ha roto el cielo y ha entrado Dios en la tierra, San Juan al atardecer de este día de la natividad del Señor, penetrando la historia humana y la divina al mismo tiempo, nos enseña: El Verbo de Dios es igual al Padre y al Espíritu Santo. El mismo que creó todo cuanto se hizo, es también la luz verdadera que alumbra a todo hombre. Y ese Verbo eterno se hizo temporal:

“Plantó su tienda entre nosotros, se hizo carne.

Y de su plenitud hemos recibido todos, gracia tras gracia”.

Nos advierte, finalmente, el mismo evangelista que a Dios nadie lo ha visto jamás pero su Hijo único, el que vivió y sigue viviendo en el seno del Padre, es quien nos lo ha dado a conocer.

El cielo roto y la tierra iluminada son el camino seguro por el que la humanidad puede salir al encuentro con Dios.

No es extraño que la liturgia se haga trompeta en Isaías repitiéndonos a todos “qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz… Escucha Israel tus vigías gritan, cantan a coro, porque ven cara a cara al Señor que vuelve a Sión…” Y verán los confines del mundo la victoria de nuestro Dios.

“El Señor reina, la tierra goza… amanece la luz para el justo y la alegría para los rectos de corazón. Alegraos, justos, con el Señor y celebrad su santo nombre”.

¿Qué otra cosa puede hacer la Iglesia en un día como éste sino invitarnos a mirar la obra que hizo el amor para venir del cielo a la tierra?

¡NAVIDAD! Hoy es un día para la alegría, para el amor y para la esperanza.

El cielo está roto y por donde bajó Dios podemos subir los hombres.

La tierra ya no es un valle de lágrimas sin esperanza sino la alegría de la vida que nunca termina. Por eso nos ha dicho Benedicto XVI, “la Navidad canta el don de la vida”.

La vida de Dios que se ha hecho vida para los hombres.

José Ignacio Alemany Grau, obispo

La Campanilla 19-12-10

2ª ETAPA 19-12-2010 Año XVII Nº 955 Edita: Familia Salesiana de Piura

Don Bosco visita a los piuranos

En esta Navidad preparémonos con José y María

Nuestra vida no es siempre clara y transparente. Vivimos con el miedo, la duda y la oscuridad. Y rodeados por muchos problemas y preocupaciones. Y la angustia a menudo nos acompaña. Y lo mezclamos con el sufrimiento moral y psíquico. Y tenemos un peso en el interior que nos fatiga. María y José también tenían unos sentimientos parecidos. Y evidentemente eran buenas, muy buenas personas. No es necesario hablar de la bondad de María, "la llena de gracia", ni de José, que como dice el evangelio de hoy "que era justo", que era bueno. Probaron a menudo el sufrimiento. José no quería hacer daño a María, pero no podía entender que María esperase un hijo sin su participación. Nosotros también tenemos que escuchar la voz de aquel que nos anima y reconforta en las tribulaciones y en los momentos límite. Y aunque nuestros males y nuestros miedos no se solucionen, por lo menos el Señor nos fortalecerá, porque no abandona nunca a nadie de los que en él esperan y confían. Él siempre nos acompaña. María y José son los que mejor se han preparado para recibir a Jesús. Esperaban con ánimo a su hijo. María y José son nuestro ejemplo de preparación para esta Navidad. Preparémosle un lugar digno en nuestro corazón. Él viene a nosotros, él, el Hijo

de Dios, el Verbo encarnado, viene a nosotros para que nosotros podamos asemejarnos a él. Jesús quiere encontrar preparada nuestra alma para hacer estancia en ella. Que encuentre en nuestro corazón una digna cuna.

Cuarto Domingo de Adviento

Jesús nacerá de María, desposada con José, hijo de David

1ª Lec. Isaías 7,10-14

En aquellos días, el Señor habló a Acaz: "Pide una señal al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo." Respondió Acaz: "No la pido, no quiero tentar al Señor." Entonces dijo Dios: "Escucha, casa de David: ¿No os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal: Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios-con-nosotros"."

Salmo responsorial

R: Va a entrar el Señor, él es el Rey de la gloria.

Del Señor es la tierra y cuanto la llena, / el orbe y todos sus habitantes: / él la fundó sobre los mares, / él la afianzó sobre los ríos. R.

¿Quién puede subir al monte del Señor? /

¿Quién puede estar en el recinto sacro? / El hombre de manos inocentes / y puro corazón, / que no confía en los ídolos. R.

Ése recibirá la bendición del Señor, / le hará justicia el Dios de salvación. / Éste es el grupo que busca al Señor, / que viene a tu presencia,

Dios de Jacob. R.

2ª Lec. Romanos 1,1-7

Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, escogido para anunciar el Evangelio de Dios. Este Evangelio, prometido ya por sus profetas en las Escrituras santas, se refiere a su Hijo, nacido, según la carne, de la estirpe de

David; constituido, según el Espíritu Santo, Hijo de Dios, con pleno poder por su resurrección de la muerte: Jesucristo, nuestro Señor. Por él hemos recibido este don y esta misión: hacer que todos los gentiles respondan a la fe, para gloria de su nombre. Entre ellos estáis también vosotros, llamados por Cristo Jesús. A todos los de Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a formar parte de los santos, os deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.

3ª Lec. Mateo 1,18-24

El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por

obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: "José, hijo de David, no tengas

reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados." Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta: "Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios con- nosotros"." Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.

Para meditar

L: Is. 7, 10-14; Lc. 1, 26-38

M: Cant. 2, 8-14; Lc. 1, 39-45

M: 1Sam. 1, 19-20. 24-28; Lc. 1, 46-56

J. Mal. 3, 1-4. 23-24; Lc. 1, 57-66

V: 2Sam. 7, 1-5. 8b-12. 12, 14a-16; Lc. 1, 67-79

S: Natividad del Señor

Misa de Medianoche:

Is. 9, 1-3. 56; Tt. 2, 11-14; Lc. 2, 1-14

Misa de la Aurora:

Is. 62, 11-12; Tt. 3, 4-7; Lc. 2, 15-20

Misa del día::

Is. 52, 7-10; Heb. 1, 1-6; Jn. 1, 1-18

HORARIO DE MISAS NAVIDEÑAS

Viernes 24 de Diciembre: 6:45 a.m. 7:00 p.m. 10:00p.m.

Sábado 25 de Diciembre: 7:00 - 11:00 a.m. 6:00 - 7:00 p.m.

Domingo 26 de Diciembre: 7:00 - 9:00 - 11:00 a.m.,6:00- 7:00 p.m.

Preparándonos para recibirte

Bienvenido ADVIENTO que nos hablas del que viene con la salvación en sus manos.

Bienvenido ADVIENTO que nos invitas a caminar, crecer y superar obstáculos.

Bienvenido ADVIENTO, que nos enseñas que las grandes promesas se hacen esperar, pero llegan.

Bienvenido ADVIENTO que nos enseñas a orar, porque la salvación tiene más de gracia que de conquista.

Que en tierra seca broten ya las flores, que cedan los rigores de la adversidad y que todos se alegren ante tal realidad.

Eleva tu mirada para ver en la oscuridad la nueva Luz, el Sol de justicia y de Paz.”¡Ven Señor Jesús!

El Señor vendrá, brillará una gran luz y nos librará de nuestras ataduras y dependencias.

El Señor está cerca, está para venir, abramos las puertas, preparémonos a recibirlo

sábado, 11 de diciembre de 2010

La Campanilla 12-12-2010

2ª ETAPA 12-12-2010 Año XVII Nº 954 Edita: Familia Salesiana de Piura

Don Bosco visita a los piuranos

Juan pregunta, Jesús responde, nosotros meditamos

Hoy nos interesa la pregunta que encarga Juan Bautista: "¿Eres tú el que ha de venir?". Que significaba: ¿Eres tú el Mesías, el enviado de Dios, el que anunciará e iniciará en la tierra el Reino de Dios? Jesús responde encadenando una serie de citas de lo que los profetas habían anunciado sobre el Mesías. Pero, significativamente, omite las que hablaban de poderío y señorío público, y subraya las que se referían a comunicación de vida, amor eficaz con los más necesitados, de atención y predilección por los pobres. El es, ciertamente, "El que ha de venir", el enviado de Dios - el Hijo de Dios - pero no tanto de un Dios omnipotente y juez, sino como de un Padre Misericordioso, amoroso, sembrador y cultivador de una vida para todos y especialmente para quienes aquí y ahora menos tienen, motivo de escándalo para muchos. Todos tenemos la tentación de sentimos "Defraudados" -, en el fondo, escandalizados - por Jesús. Confiemos en la fuerza de la oración. Repitamos e insistamos en pedir: "¡Ven, Señor Jesús!", incluyendo en esta oración el radical deseo de reconocer muy de verdad quién y cómo es Jesús, cuál es su evangelio, cómo podemos recibir y trabajar por su Reino de vida, de amor, de ayuda, de darnos la mano y el corazón, de atender a los más necesitados, a los más sufridos, de nuestros hermanos.

Dios nos habla esta semana

Tercer Domingo de Adviento

¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?

1ª Lec. Isaías35,1-6a.10

El desierto y el yermo se regocijarán, se alegrarán el páramo y la estepa, florecerá

como flor de narciso, se alegrará con gozo y alegría. Tiene la gloria del Líbano, la belleza del Carmelo y del Sarión. Ellos verán la gloria del Señor, la belleza de nuestro Dios. Fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes; decid a los cobardes de corazón: "Sed fuertes, no temáis. Mirad a vuestro Dios, que trae el desquite; viene en persona, resarcirá y os salvará." Se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como un ciervo el cojo, la lengua del mudo cantará. Volverán los rescatados del Señor, vendrán a Sión con

cánticos: en cabeza, alegría perpetua; siguiéndolos, gozo y alegría. Pena y aflicción se alejarán.

Salmo responsorial

R: Ven, Señor, a salvarnos.

El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente, / hace justicia a los oprimidos, / da pan a los hambrientos. / El Señor liberta a los cautivos. R.

El Señor abre los ojos al ciego, / el Señor endereza a los que ya se doblan, / el Señor ama a los justos, / el Señor guarda a los peregrinos. R.

2ª Lec. Santiago 5,7-10

Tened paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor. El labrador aguarda paciente el fruto valioso de la tierra, mientras recibe la lluvia temprana y tardía. Tened paciencia también vosotros, manteneos firmes, porque la venida del Señor está cerca. No os quejéis, hermanos, unos de otros, para no ser condenados. Mirad que el juez está ya a la puerta. Tomad, hermanos, como ejemplo de sufrimiento y de paciencia a los profetas, que hablaron en nombre del Señor.

3ª Lec. Mateo 11,2-11

En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del Mesías, le mandó a preguntar por medio de sus discípulos: "¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?" Jesús les respondió: "Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven, y los inválidos andan; los leprosos quedan limpios, y los sordos oyen; los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el

Evangelio. ¡Y dichoso el que no se escandalice de mí!" Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente sobre Juan: "¿Qué salisteis a contemplar en el desierto, una caña sacudida por el viento? ¿O qué fuisteis a ver, un hombre vestido con lujo? Los que visten con lujo habitan en los palacios. Entonces, ¿a qué salisteis?, ¿a ver a un profeta? Sí, os digo, y más que profeta; él es de quien está escrito: "Yo envío mi mensajero delante de ti, para que prepare el camino ante ti." Os aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan, el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él."

Para meditar

L: Num. 24, 2-7. 15-17; Mt. 21, 23-27

M: Sof. 3, 1-2. 9-13; Mt. 21, 28-32

M: Is. 45, 6b-8. 18-21b; Lc. 7, 19. 2

J. Is. 54, 1-10; Lc. 7, 24-30

V: Gn. 49, 2. 8-10; Mt. 1, 1-17

S: Jr. 23, 5-5; Mt. 1, 18-24

D: 4to. Domingo de Adviento

Is. 7, 10-14; Rom. 1, 1-7; Mt. 1, 18-24

El tercer domingo, también centrado en el Bautista, nos orienta con más fuerza hacia la persona de Aquél que viene; el mensaje es el de la alegría por la venida muy cercana

¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?

La pregunta de Juan, por medio de sus discípulos hace a Cristo: "¿Eres Tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?", no era una duda personal sino un modo de acercar a sus discípulos a Aquel cuyos caminos él promovía que fueran preparados. Jesús les respondió aludiendo varias profecías mesiánicas de Isaías, con las que se había presentado a sí mismo como Mesías en Nazareth: "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido, me ha enviado a anunciar la Buena Nueva", a sanar, a liberar... Y Jesús, al mismo tiempo, hace la apología de sus precursores. Hace notar que el Bautista no es alguien que se doblega, como una caña, ante el poder, ante el engaño, que no tiene riqueza, que no tiene fuerza humana... Es un profeta, es decir, alguien que iluminado por Dios habla en su nombre, descorre velos, amplía perspectivas, penetra, no se queda en la epidermis de los acontecimientos o de las personas. Es el más grande de los profetas.

Dichoso aquel que no se sienta defraudado por Mi

- Porque: en primer lugar, Cristo no vino a hacemos ricos a los pobres. "A los pobres se les anuncia el Evangelio" le dijo muy clarito a los enviados de Juan Bautista.

- Tampoco vino a librar a los pueblos de los imperialismos terrenos, sino del imperialismo del demonio y del pecado.

-Así mismo, nos vino a liberarnos de la cruz, cualquiera que ésta sea, sino a darnos fuerzas para tomarla y echar andar tras él, con la crucecita o la crucezota a cuestas.

- De igual manera, no vino a que todos los cojos, ciegos, sordos, leprosos muertos, anduvieran, vieran, oyeran, quedaran limpios y resucitaran, respectivamente, sino a que:

  • todos los que no movemos un pie para ayudar a los demás, anduviéramos
  • todos los que tenemos cerrados los ojos a las necesidades ajenas, viéramos,
  • todos los que estamos sordos a los problemas que no son nuestros problemas, oyéramos,
  • y todos los que estamos cubiertos por la lepra del pecado, quedáramos limpios y resucitáramos a una vida de verdaderos cristianos.

Por eso, "DICHOSO EL QUE NO SE SIENTA DEFRAUDADO POR CRISTO".

Oración del Tercer Domingo de Adviento

(Para hacerlo en y con toda la familia)

En las tinieblas se encendió una luz, en el desierto clamó una voz. Se anuncia la buena noticia: el Señor va a llegar. Preparar sus caminos, porque ya se acerca. Adornad vuestra alma como una novia se engalana el día de su boda. Ya llega el mensajero. Juan Bautista no es la luz, sino el que nos anuncia la luz. Cuando encendemos estas tres velas cada uno de nosotros quiere ser antorcha tuya para que brilles, llama para que calientes.

¡Ven, Señor, a salvarnos, envuélvenos en tu luz, caliéntanos en tu amor!

P. Julio Berroa

ANIMADOR PASTORAL DE LA CATEQUESIS

Nuestro querido P. Julio Berroa ha terminado en este año su labor de Animador Pastoral del Colegio Salesiano, resumimos muchísimo lo que nos ha dicho el P. Julio.

... Este año ha sido muy rico en experiencias de fe. Hemos tenido la suerte de poder celebrar los sacramentos de la Iniciación Cristiana: Bautismo, Confirmación y Eucaristía, la reconciliación y el Matrimonio

.... El año pasado iniciamos la experiencia de la Catequesis Familiar y hemos visto muchos frutos en las familias de nuestros muchachos. Al principio les cuesta a los padres el ritmo de reuniones, pero cuando van captando el valor de la experiencia se vuelve una necesidad más que una obligación. Los padres han ido asumiendo el rol de evangelizadores de sus hijos. A través de los encuentros de catequesis con los padres se les ha ido capacitando para que desarrollen los temas durante la semana con sus niños y luego los animadores han reforzado en la catequesis lo visto en casa con los padres. Además se ha logrado fortalecer las relaciones familiares con la participación en la Eucaristía dominical y la catequesis. Indudablemente hoy es una propuesta excelente la catequesis familiar porque si no educamos a la familia en su conjunto no logramos incidir suficientemente en la formación de los muchachos.

... Hemos realizado el bautismo de uno de los niños de la Primera Comunión y de la hermanita de otro, lo cual nos sirvió para que los niños hagan la renovación de sus promesas bautismales y sobre todo logren profundizar sobre el sentido del sacramento del Bautismo.

... Luego de un año de preparación varias parejas de padres tomaron la decisión de recibir la bendición de Dios sobre su unión. Qué alegría ver a los padres acompañar a sus hijos compartiendo el pan de la Eucaristía.

... Han recibido la Primera Comunión 92 niños, el matrimonio lo celebraron 6 parejas y la confirmación la recibieron 260 chicos y chicas del Colegio Nuestra Señora de Lourdes, San José de Tarbes, San Gabriel y Don Bosco.

... La experiencia de grupo ayudó a los confirmandos el ir asumiendo los contenidos doctrinales y los valores evangélicos. Muchos de los chicos y chicas lograron hacer experiencia de apostolado como preparación al compromiso asumido el día de su confirmación de ser verdaderos discípulos y misioneros de Jesús Resucitado.

... A los jóvenes les exhorto a que sigan profundizando su vida sacramental y comunitaria. Cristo es la respuesta a todas nuestra interrogantes. A los niños de la Primera Comunión les invito a estar siempre preparados para recibir a Jesús Sacramentado. La Eucaristía es alimento de vida eterna y camino de santificación. Y a los padres de familia los invita a continuar con su compromiso de ser evangelizadores de sus familias. Hagamos de cada hogar una Iglesia doméstica.

domingo, 5 de diciembre de 2010

La Campanilla 05-12-2010

2ª ETAPA 05-12-2010 Año XVII Nº 953 Edita: Familia Salesiana de Piura

Don Bosco visita a los piuranos

Adviento: un Tiempo de Esperanza

Juan Bautista nos hace una llamada urgente: "Convertíos". Cada uno de nosotros sabe su situación personal. Cada uno de nosotros tiene en su corazón un conjunto de preocupaciones y deseos. Problemas insolubles y angustias. El mensaje de Juan es una llamada a la conversión. Hemos de cambiar nuestra mentalidad. Hemos de ser sencillos y pobres ante el Señor y pedirle: ¿qué hacer?, ¿en qué cosas debo cambiar? Con humildad hemos de aceptar nuestra realidad tal como es. Y mal andaremos si no sabemos hacerlo. Debemos luchar, evidentemente, para superamos, aunque al mismo tiempo debemos rezar descubriendo cuál es la voluntad de Dios, pidiendo ayuda y, sobre todo, pidiendo la paz del corazón. El Señor nos reconfortará. Si acudimos a él con un corazón sencillo y con confianza él se nos acercará y nos consolará. En todas nuestras relaciones podemos hacer el bien o dejar de hacerlo, podemos construir la paz o enfriar nuestra relación, podemos dar alegría o entristecer... Aquí todos tenemos un papel importante. Puedo mejorar mi entorno o empeorarlo. Y esto depende de mí. Con mi manera de hacer, con el amor a los demás y con mi colaboración puedo hacer que en nuestra comunidad y a mi alrededor haya más paz, más alegría, más amor, más esperanza. Con mis pequeñas fuerzas puedo hacer que mi relación con los otros sea más buena, y juntos podemos mejorar nuestro mundo y nuestra Iglesia. ¡Bien

unidos podemos hacer mucho!

Dios nos habla esta semana

Segundo Domingo de Adviento

Conviértanse, porque está acerca el reino de los cielos

1ª Lec. Isaías 11,1-10

Aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé, y de su raíz florecerá un vástago. Sobre él se posará el espíritu del Señor: espíritu de prudencia y sabiduría, espíritu de consejo y valentía, espíritu de ciencia y temor del Señor. Le inspirará el temor del Señor. No juzgará por apariencias ni sentenciará sólo de oídas; juzgará a los pobres con justicia, con rectitud a los desamparados. Herirá al violento con la vara de su boca, y al malvado con el aliento de sus labios. La justicia será cinturón de sus lomos, y la lealtad, cinturón de sus caderas. Habitará el lobo con el cordero, la pantera se tumbará con el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos: un muchacho pequeño los pastoreará. La vaca pastará con el oso,

sus crías se tumbarán juntas; el león comerá paja con el buey. El niño jugará con la hura del áspid, la criatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente. No harán daño ni estrago por todo mi monte santo: porque está lleno el país de la ciencia del Señor, como las aguas colman el mar. Aquel día, la raíz de Jesé se erguirá como enseña de los pueblos: la buscarán los gentiles, y será gloriosa su morada.

Salmo responsorial

R: Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente.

2ª Lec. Romanos 15,4-9

Hermanos: Todas las antiguas Escrituras se escribieron para enseñanza nuestra, de modo que entre nuestra paciencia y el consuelo que dan las Escrituras mantengamos la esperanza. Que Dios, fuente de toda paciencia y consuelo, les conceda estar de acuerdo entre ustedes, según Jesucristo, para que unánimes, a una voz, alaben al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. En una palabra, acójanse mutuamente, como Cristo los acogió para gloria de Dios. Quiero decir con esto que Cristo se hizo servidor de los judíos para probar la fidelidad de Dios, cumpliendo las promesas hechas a los patriarcas; y, por otra parte, acoge a los gentiles para que alaben a Dios por su misericordia. Así dice la Escritura: "Te alabaré en medio de los gentiles y cantaré a tu nombre."

3ª Lec. Mateo 3, 1-12

Por aquel tiempo, Juan Bautista se presentó en el desierto de Judea, predicando: "Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos." Éste es el que anunció el profeta Isaías diciendo: "Una voz grita en el desierto: "Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos." Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y del valle del Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el Jordán. Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo: "¡Camada de víboras!, ¿quién les ha enseñado a escapar del castigo inminente? Dad el fruto que pide la conversión. Y no se hagan ilusiones, pensando: "Abrahán es nuestro padre", pues les digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras. Ya toca el hacha la base de los árboles, y el árbol que no da buen fruto será talado y echado al fuego. Yo los bautizo con agua para que se conviertan; pero el que viene detrás de mí puede más que yo, y no merezco ni llevarle las sandalias. Él los bautizará con Espíritu Santo y fuego. Él tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga."

Para meditar

L: Is. 35, 1-10; Lc. 5, 17-26

M: Is. 40, 1-11; Mt. 18, 12-14

M: Inmaculada Concepción de María

Gn. 3, 9-15.20; Ef. 1, 3-6. 11-12; Lc. 1, 26-38

J. Is. 41, 13-20; Mt. 11, 11-15

V: Is. 48, 17-19; Mt. 11, 16-19

S: Eclo. 48, 1-4. 9-11; Mt. 17, 10-13

D: 3er. Domingo de Adviento

Is. 35, 1-6a.10; Sant. 5, 7-10; Mt. 1, 1.2-11

8 de Diciembre

Inmaculada Concepción de María

Ya en el corazón del Adviento, celebramos la fiesta de la INMACULADA. ¡Qué suerte!. María nos acompaña siempre. Hemos escuchado con alegría las palabras del Angel: "ALEGRATE, LLENA DE GRACIA, EL SEÑOR ESTÁ CONTIGO". ¡Qué maravilla! ¡Llena de gracia! ¡lo hemos dicho tantas veces en la oraci6n! Pero conviene que esta fecha especialmente prestemos más atenci6n a no caer en la rutina. María, gracias al Salvador, ya ha sido liberada en su Concepción de todo rastro de pecado. ¡Invoquémosla! Ella es la madre de Jesús y Jesús nos la da como madre nuestra. ¡Qué Madre! ¡Qué alegría debemos tener es esta fiesta!. Ella es la primera cristiana y el primer fruto de la redención. Por eso también podemos decir que ella nació de Cristo antes que Cristo naciera de ella. Dejemos que María nos acompañe y nos lleve hasta Cristo y pidamos que sepamos imitarla. Ella es extraordinariamente única, es la criatura más bella de la creación. Pero también es la criatura más bondadosa, más humilde, más comprensiva, más generosa, más fiel, más asequible. Esta belleza única se llama María. Y es nuestra Madre.

Oración del Segundo Domingo de Adviento

(Para hacerlo en y con toda la familia)

«Los profetas mantenían encendida la esperanza de Israel. Nosotros, como un símbolo, encendemos estas dos velas. El viejo tronco está rebrotando, florece el desierto. La humanidad entera se estremece porque Dios se ha sembrado en nuestra carne. Que cada uno de nosotros, Señor, te abra su vida para que brotes, para que florezcas, para que nazcas y mantengas en nuestro corazón encendida la esperanza.

¡Ven pronto, Señor . Ven, Salvador!