Adviento 2013

Adviento 2013

sábado, 26 de noviembre de 2011

Reflexión dominical 27.11.11

Reflexión dominical 27.11.11

TODO UN ADVIENTO PARA VIGILAR

Un hombre se fue de viaje y dejó su casa encargando a cada uno de sus criados una tarea.

Al portero le encargó de una manera muy especial que vigilara.

Jesús, que es el que nos ha puesto esta sencilla parábola, saca la conclusión de esta manera:

“Vigilen porque no saben cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga inesperadamente y los encuentre dormidos”.

Para ellos, y también para nosotros, al comenzar el adviento, ésta es la gran recomendación que nos hace Jesucristo:

“Vigilen porque no saben cuándo vendrá el Señor”.

La vigilancia está a la orden del día hoy más que nunca: en cuarteles, fábricas y en una gran parte de las esquinas de las calles encontramos un vigilante.

¡Y pobre del vigilante que se duerma! En muchos sitios se juega la cabeza.

Al pedirnos esta actitud, Jesucristo quiere darnos a entender que una de las virtudes importantes que debemos practicar, si queremos salvarnos, es vigilar.

Recordemos lo que Él ha dicho en otro momento:

“A la hora que menos piensen vendrá el Hijo del hombre… como un ladrón en la noche… cuando todos duermen”.

En este domingo entramos en el adviento.

Tiempo de vigilia y esperanza durante el cual, como nos recuerda el Catecismo Católico, la liturgia quiere que revivamos la actitud de los santos del Antiguo Testamento.

Ellos esperaban al Mesías y esto era lo que los mantenía en la seguridad de que Dios cumpliría su promesa de enviar al Redentor.

A esto hace alusión el profeta Isaías en la primera lectura, hablando a Dios con estas palabras:

“Tú, Señor, eres nuestro Padre, tu nombre de siempre es “nuestro Redentor”. Señor, ¿por qué nos extravías de tus caminos y endureces nuestro corazón para que no te tema?

Vuélvete por amor a tus siervos y a las tribus de tu heredad.

¡Ojalá rasgases el cielo y bajases derritiendo los montes con tu presencia!”.

Lleno de confianza termina el párrafo de la primera lectura de hoy:

“Señor, tú eres nuestro Padre, nosotros la arcilla y tú el alfarero: somos obra de tus manos”.

Es evidente que, en medio de las luchas de todo tipo, tanto internas como externas, los santos del Antiguo Testamento vivían en la espera vigilante del Señor y en una oración continua que repetiremos muchas veces en la liturgia de adviento. Es una cita del mismo Isaías adaptada por la Iglesia:

“Cielos, dejen caer su rocío, que las nubes lluevan al Justo y la tierra germina al Salvador”.

Esta ansia de Dios aparece también en el salmo responsorial que nos sirve para repetirlo con la misma confianza que el salmista:

“Pastor de Israel, escucha, tú que te sientas sobre querubines resplandece. Despierta tu poder y ven a salvarnos”.

En la humildad, y dentro de una comparación tan repetida en la Biblia, el salmista pide a Dios: “mira desde el cielo, fíjate, ven a visitar tu viña, la cepa que tu diestra plantó y que tú hiciste vigorosa”.

Qué bien nos viene esta virtud de la vigilancia a nosotros que por la fuerza de la pereza tendemos más bien a abandonar el esfuerzo y dejar que las cosas las vaya destruyendo el tiempo que pasa.

Frente a esta actitud que brota espontáneamente, San Pablo nos invita a mantenernos en la fidelidad haciéndonos ver que “no carecemos de ningún don, nosotros que aguardamos la manifestación de nuestro Señor Jesucristo”. Sigue el santo apóstol invitándonos a confiar y a permanecer vigilantes ya que “Él nos mantendrá firmes hasta el final, para que no tengan que acusarnos en el día de Jesucristo nuestro Señor”.

Lógicamente el más fiel de todos es el mismo Jesucristo a quien el Apocalipsis llama el “Testigo fiel”.

San Pablo termina el párrafo de la carta a los Corintios, proponiéndonos el gran ejemplo de fidelidad para que confiemos siempre:

“Dios los llamó a participar en la vida de su Hijo Jesucristo, Señor nuestro.

¡Y Él es fiel”.

José Ignacio Alemany Grau, Obispo

domingo, 21 de agosto de 2011

La Campanilla 21-08-2011

2ª ETAPA 21-08-2011 Año XVIII Nº 994 Edita: Familia Salesiana de Piura

¡Vengan y verán!

¡Lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo!

Partiendo de la respuesta de Pedro, Jesús le da dos atribuciones: SER PIEDRA Y ENCARGARSE DE LAS LLAVES DEL REINO. SER PIEDRA, buen fundamento para la construcción de la comunidad, hasta el punto de ser capaz de resistir contra el mal. A pesar de la debilidad de las dificultades, de los temores, tenemos un fundamento firme en el que apoyarnos, porque tiene la garantía dada por las palabras del mismo Jesús. Y ENCARGARSE DE LAS LLAVES DEL REINO. El mismo poder que se da también a los otros discípulos, a la comunidad entera: "Lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo". Construir la fraternidad, la aceptación mutua, el perdón, la reconciliación, es una tarea que corresponde a Pedro, que corresponde a la Iglesia entera. Pedro ha de ser piedra de fundamento para la Iglesia y ha de ayudar a construir la unidad y la reconciliación en su interior. Una tarea que también nos implica a cada uno de nosotros. Depende, en parte, de nosotros que nuestra comunidad siga viva, testimoniando a Jesús en medio de nuestra comunidad. Depende de nuestra colaboración que en su interior haya unidad, aceptación mutua, perdón y reconciliación.

DIOS NOS HABLA ESTA SEMANA

Domingo XXI del Tiempo Ordinario

Tú eres Pedro, y te daré las llaves del reino de los cielos

1ª Lec. Isaías 22,19-23

Así dice el Señor a Sobná, mayordomo de palacio: "Te echaré de tu puesto, te destituiré de tu cargo. Aquel día, llamaré a mi siervo, a Eliacín, hijo de Elcías: le vestiré tu túnica, le ceñiré tu banda, le daré tus poderes; será padre para los habitantes de Jerusalén, para el pueblo de Judá. Colgaré de su hombro la llave del palacio de David: lo que él abra nadie lo cerrará, lo que él cierre nadie lo abrirá. Lo hincaré como un clavo en sitio firme, dará un trono glorioso a la casa paterna."

Salmo responsorial

R: Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos.

Te doy gracias, Señor, de todo corazón; /delante de los ángeles tañeré para ti, / me postraré hacia tu santuario, / daré gracias a tu nombre. R.

Por tu misericordia y tu lealtad, / porque tu promesa supera a tu fama; / cuando te invoqué, me escuchaste, / acreciste el valor en mi alma. R.

El Señor es sublime, se fija en el humilde, / y de lejos conoce al soberbio. / Señor, tu misericordia

es eterna, / no abandones la obra de tus manos. R.

2ª Lec. Romanos 11,33-36

¡Qué abismo de generosidad, de sabiduría y de conocimiento, el de Dios! ¡Qué insondables sus decisiones y qué irrastreables sus caminos! ¿Quién conoció la mente del Señor? ¿Quién fue su consejero? ¿Quién le ha dado primero, para que él le devuelva? Él es el origen, guía y meta del universo. A él la gloria por los siglos. Amén.

3ª Lec. Mateo 16,13-20

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: "¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?" Ellos contestaron: "Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas." Él les preguntó: "Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?" Simón Pedro tomó la palabra y dijo: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo." Jesús le respondió: "¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo." Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías

Para Meditar

L : 1Ts. 1, 1-5, 8b; Mt. 23, 13-22

M: 1Ts. 2, 1-8; Mt. 23, 23-26

M: Ap. 21, 9b-14; Jn. 1, 45-51

J : 1Ts. 3, 7-13; Mt. 24, 43-51

V: 1Ts. 4, 1-8; Mt. 25, 1-13

S: 1Ts. 4, 9-11; Mt. 25, 14-30

D: Domingo 22º del Tiempo Ordinario

Jr. 20, 7-9; Rm. 12, 1-2; Mt. 16, 21-27

26 de AGOSTO

Día del Anciano

"Señor, enséñame a envejecer como cristiano. Convénceme de que no son injustos conmigo los que me quitan responsabilidad; los que ya no piden mi opinión; los que llaman a otros para que ocupen mi puesto. Quítame el orgullo de mi experiencia pasada y el sentimiento de sentirme indispensable. Pero ayúdame, Señor, para que siga siendo útil a los demás, contribuyendo con mi alegría al entusiasmo de lo que ahora tienen responsabilidades aceptando mi salida de los campos de actividad como acepto con naturalidad sencilla la puesta del sol. Finalmente te doy gracias, pues en esta hora tranquila caigo en la cuenta de lo mucho que me has dado. Concédeme que mire con gratitud hacia el destino feliz que me tienes preparado. ¡Señor, ayúdame a envejecer así!"

domingo, 19 de junio de 2011

La Campanilla 19-06-11

2ª ETAPA 19-06-2011 Año XVIII Nº 985 Edita: Familia Salesiana de Piura

¡Vengan y verán!

¡En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo!

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo comenzó nuestra vida cristiana al bautizarnos, y con los tres mismos nombres divinos nos despedirán en las exequias. Y mientras tanto, en la celebración de la Eucaristía y de los otros sacramentos, y en todas las bendiciones y otros ritos litúrgicos, la iglesia invoca siempre la Trinidad. También en la devoción privada y personal, constantemente invocamos el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Lo asociamos al gesto de la cruz, cuando nos santiguamos, y así unimos el símbolo de la Pasión, que nos ha redimido con la invocación de la Trinidad, que nos ha amado hasta el punto de hacerse hombre y morir por nosotros: el Hijo. Este es un acto elemental de la piedad cristiana. Cuando este Hijo Jesús retornó al Padre, después de su resurrección, no nos hemos quedado solos, sino que tenemos al Espíritu Santo, el espíritu de Dios, el espíritu de Cristo

Resucitado, presencia de Dios mismo en medio de nosotros. Ante un Dios así, nosotros hoy, al recordarlo, podemos contemplar este gran misterio y, siguiendo el ejemplo del salmo responsorial: DARLE GRACIAS Y CANTAR SUS ALABANZAS.

DIOS NOS HABLA ESTA SEMANA

Santísima Trinidad

Dios mandó a su Hijo para que el mundo se salve por él

1ª Lec. Éxodo 34,4b-6.8-9

En aquellos días, Moisés subió de madrugada al monte Sinaí, como le había mandado el Señor, llevando en la mano las dos tablas de piedra. El Señor bajó en la nube y se quedó con él allí, y Moisés pronunció el nombre del Señor. El Señor pasó ante él, proclamando: "Señor, Señor, Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y lealtad". Moisés, al momento, se inclinó y se echó por tierra. Y le dijo: "Si he obtenido tu favor, que mi Señor vaya con nosotros, aunque ése es un pueblo de cerviz dura; perdona nuestras culpas y pecados y tómanos como heredad tuya."

Salmo responsorial

R: A ti gloria y alabanza por los siglos.

Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres, / bendito tu nombre santo y glorioso. R.

Bendito eres en el templo de tu santa gloria.

R. Bendito eres sobre el trono de tu reino. R.

Bendito eres tú, que, sentado sobre querubines, / sondeas los abismos. R.

Bendito eres en la bóveda del cielo. R.

2ª Lec. 2Corintios 13,11-13

Hermanos: Alegraos, enmendaos, animaos; tened un mismo sentir y vivid en paz. Y el Dios del amor y de la paz estará con vosotros. Saludaos mutuamente con el beso ritual. Os saludan todos los santos. La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo esté siempre con todos vosotros.

3ª Lec. Juan 3,16-18

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve

por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.

Para Meditar

L : Gn. 12, 1-3; Mt. 7, 1-5

M: Gn. 13, 2-15, 18; Mt. 7, 6, 12-14

M: Gn. 15, 1-12; 17-18; Mt. 7, 15-20

J : Gn. 16, 1-12; 15-16; Mt. 7, 21-29

V: Natividad de San Juan Bautista

Is. 49, 1-6; Hch. 13, 22-26; Lc. 57, 66-80

S: Gn. 18, 1-15; Mt. 8, 5-17

D: El Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo

Dt. 8, 2-3, 14b; 1Cor. 10, 16-17; Jn. 6, 51-58

24 de Junio

Nacimiento de San Juan Bautista

La celebración del nacimiento del Bautista es, con el nacimiento de Jesús y María, la única festividad litúrgica que la Iglesia dedica al nacimiento de un santo. En la historia de la Redención, el Bautista es la personalidad más singular: es el último de los profetas y el primer apóstol, precediendo al Mesías y dando testimonio de él. Fustigador de la hipocresía y de las malas costumbres, pagó con el martirio el rigor moral que no sólo predicaba, sino que practicaba, sin ceder mínimamente ni siquiera ante las amenazas de muerte, por parte de Herodes.

sábado, 14 de mayo de 2011

La Campanilla 15-05-11

2ª ETAPA 15-05-2011 Año XVIII Nº 979 Edita: Familia Salesiana de Piura


¡Vengan y verán!


¡Jesús nos ama y quiere que todos seamos felices!



Jesús el buen pastor. Esta es la primera imagen que Juan ha utilizado en el evangelio de hoy. Jesús no ejerce su señorío a la fuerza, por imposición. Jesús


se nos ha hecho Señor, porque nos ha amado más que nadie. No viene a quitar, sino a dar. Hay todavía muchos que perciben al Señor como obstáculo para vivir, para ser felices, para ser libres. Jesús no quita lo humano. Lo multiplica liberándolo de la esclavitud. El Dios Resucitado no es enemigo del hombre. Es su gran amigo. El Buen Pastor de la Pascua es una imagen linda para percibir a Dios como amigo, como preocupado por el bien de sus ovejas.


Dios nos ama. Dios quiere la felicidad de todos. También hoy hemos escuchado otra imagen muy luminosa para percibir el señorío del Resucitado. Es la imagen de la puerta. Jesús es la puerta. Quien la traviesa vivirá. Se encontrará con la voz amiga que nos hace crecer en paz. Quien entre en comunión con el Resucitado, tendrá acceso al Padre. Jesús es el acceso a una vida llena de sentido. No hay otro pastor ni otra puerta legítima: sólo Cristo es el Señor. Y, a la vez no hay otro camino. Los que entramos y salimos a través de esa puerta que es Cristo, nos esforzamos por seguirle fielmente, sin desviarnos de su estilo de vida. En un mundo que se plantea interrogantes urgentes, tratemos de responder alguna pregunta que nos pueden ayudar mucho: ¿Quién es Jesús para mí? ¿Se ha hecho Señor de mi vida? ¿Qué lugar ocupa en mis tareas, en mis amistades, en mi familia? ¿Él es la puerta que quiero atravesar?.



DIOS NOS HABLA ESTA SEMANA


4to. Domingo de Pascua


Yo soy la puerta de las ovejas



1ª Lec. Hechos de los apóstoles 2,14a.36-41


El día de Pentecostés, se presentó Pedro junto con los Once ante la multitud y levantando la voz, dijo: “Sepa todo Israel con absoluta certeza, que Dios ha constituido Señor y Mesías al mismo Jesús, a quien ustedes han crucificado”. Estas palabras les llegaron al corazón y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles: “¿Qué tenemos que hacer, hermanos?” Pedro les contestó: “Arrepiéntanse y bautícense en el nombre de Jesucristo para el perdón de sus pecados y recibirán el Espíritu Santo. Porque las promesas de Dios valen para


ustedes y para sus hijos y también para todos los paganos que el Señor, Dios nuestro, quiera llamar, aunque estén lejos”. Con éstas y otras muchas razones, los instaba y exhortaba, diciéndoles: “Pónganse a salvo de este mundo corrompido”. Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día se les agregaron unas tres mil personas.



Salmo responsorial


R: El Señor es mi pastor, nada me falta.


El Señor es mi pastor, nada me falta: / en verdes praderas me hace recostar, / me conduce hacia fuentes tranquilas / y repara mis fuerzas. R.


Me guía por el sendero justo, / por el honor de su nombre. / Aunque camine por cañadas oscuras, / nada temo, porque tú vas conmigo: / tu vara y tu cayado me sosiegan. R.


Preparas una mesa ante mí, / enfrente de mis enemigos; / me unges la cabeza con perfume, / y mi copa rebosa. R.


Tu bondad y tu misericordia me acompañan / todos los días de mi vida, / y habitaré en la casa del Señor / por años sin término. R.



2ª Lec. 1Pedro 2,20b-25


Hermanos: Soportar con paciencia los sufrimientos que les vienen a ustedes por hacer el bien, es cosa agradable a los ojos de Dios, pues a esto han sido llamados, ya que también Cristo sufrió por ustedes y les dejó así un ejemplo para que sigan sus huellas. El no cometió pecado ni hubo engaño en su boca; insultado, no devolvió los insultos; maltratado, no profería amenazas, sino que encomendaba su causa al único que juzga con justicia; cargado con nuestros pecados, subió al madero de la cruz, para que, muertos al pecado, vivamos para la justicia. Por sus llagas ustedes han sido curados, porque ustedes eran como ovejas descarriadas, pero ahora han vuelto al pastor y guardián de sus vidas.



3ª Lec. Juan 10,1-10


En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: “Yo les aseguro que el que no entra por la puerta del redil de las ovejas, sino que salta por otro lado, es un ladrón, un bandido; pero el que entra por la puerta, ése es el pastor de las ovejas. A ése le abre el que cuida la puerta, y las ovejas reconocen su voz; él llama a cada una por su nombre y las conduce afuera. Y cuando ha sacado a todas sus ovejas, camina delante de ellas, y ellas lo siguen, porque conocen su voz. Pero a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños”. Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron lo que les quería decir. Por eso añadió: “Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes que yo, son ladrones y bandidos; pero mis ovejas no los han escuchado. Yo soy la puerta; quien entre por mí se salvará, podrá entrar y salir y encontrará pastos. El ladrón sólo viene a robar, a matar y a destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”.


Para Meditar


L : Hch. 11, 1-18; Jn. 10, 1-10


M: Hch. 11, 19-26; Jn. 10, 22-30


M: Hch. 12, 24- 13,5; Jn. 12, 44-50


J : Hch. 13, 13-25; Jn. 13, 16-20


V: Hch. 13, 26-33; Jn. 14, 1-6


S: Hch. 13, 44-52; Jn. 14, 7-14


D: 5to. Domingo de Pascua


Hch. 6, 1-7; 1Pe. 2, 4-9; Jn. 14, 1-12




TOMA NOTA: Durante la Novena de María Auxiliadora, el patio techado del Colegio Salesiano Don Bosco se convierte en un templo, por lo que debemos comportarnos y vestir decorosamente.

miércoles, 11 de mayo de 2011

NOVENA A MARÍA AUXILIADORA 2011

TEMAS Y RESPONSABLES DE LA NOVENA de MARIA AUXILIADORA

«María, la mujer bienaventurada»

Bajo el título “MARÍA: ¡LA BIENAVENTURADA!” del 15 al 24 de mayo, se realizará la tradicional Novena y Procesión en honor a la Santísima Virgen María, bajo la advocación de la “Auxiliadora de los cristianos”, la Madre y Señora de Piura”. De acuerdo al programa, las misas se realizarán en el siguiente horario:

En el Santuario de María Auxiliadora:

· De lunes a viernes, 6.45 y 8.00 de la mañana;

· Sábado, a las 7.00 de la mañana

· Domingo, a las 7.00, 9.00 y 11.00 de la mañana

En el patio techado del colegio Salesiano-Don Bosco:

Las Misas y Novenas se celebrarán en los tradicionales horarios de las 5 y 7 de la tarde-noche; esta última Novena de cada día será trasmitida por Radio Piura, y por televisión Salesiana: eprensasdbpiura.blogspot.com

El esquema de cada una de estas celebraciones comprende: Rezo del Rosario, celebración de la santa Misa, con la prédica, y, al final, bendición de María Auxiliadora.

Este año el predicador oficial de la Novena será el salesiano Padre José Antonio Pachas SDB

El día 23 es la solemne víspera, después de la Novena de las 7 p.m., se realizará la tradicional verbena que finalizará, pasada la media noche, con quema de un castillo de fuegos artificiales.

Para el día de la fiesta, martes 24 de mayo, a las 07.00 horas, se celebrará la Misa cantada en el Santuario de la Madre. A las 09.00 hrs. la Eucaristía juvenil en el patio techado del colegio Salesiano-Don Bosco. A las 11.00 solemne Misa de Fiesta, concelebrada, presidida por el Arzobispo Metropolitano Mons. José Antonio Eguren Anselmi, en el Santuario de María Auxiliadora.

Por la tarde, a las 4.30 p.m., saldrá la procesión. Dada la actual situación de las pistas y veredas de Piura y Castilla, el recorrido procesional se comunicará oportunamente.

Los Temas y Participaciones serán los siguientes;

Domingo 15: MARÍA Y LA POBREZA DE ESPÍRITU

La Bienaventurada Virgen María, Reina y Madre de misericordia.

Participan: 1º ESM (5.00 p.m.), Salesianos Cooperadores (7.pm)

Lunes 16: MARÍA Y LA MANSEDUMBRE

La Bienaventurada Virgen María, causa de nuestra alegría.

Participan: 1º EPM (5.00 p.m.), Colaboradores laicos del Colegio Don Bosco (7.pm)

Martes 17: MARÍA Y EL LLANTO FELIZ

La Bienaventurada Virgen María junto a la cruz del Señor.

Participan: 2º ESM (5.00 p.m.), CETPRO Madre Mazzarello (7.pm)

Miércoles 18: MARÍA Y EL HAMBRE Y SED DE JUSTICIA

La Bienaventurada Virgen María, discípula del Señor.

Participan: 2º EPM (5.00 p.m.), BOSCONIA (7.pm)

Jueves 19: MARÍA Y LA MISERICORDIA

La Bienaventurada Virgen María, la Virgen de Caná.

Participan: 3º ESM (5.00 p.m.), ADS: Asociación de Damas Salesianas (7.pm)

Viernes 20: MARÍA Y LA PUREZA DE CORAZÓN

La Bienaventurada Virgen María, la mujer nueva.

Participan: 3º y 4° EPM (5.00 p.m.), Mamá Margarita (7.pm)

Sábado 21: MARÍA Y LA PAZ

Bienaventurada Virgen María en la presentación del Señor.

Participan: 4º ESM (5.00 p.m.), Oratorios Salesianos, Grupos Juveniles y catequistas. (7.pm)

Domingo 22: MARÍA Y LA PERSECUCIÓN POR CRISTO

La Bienaventurada Virgen María, Santa María de Nazaret.

Participan: 5º y 6° EPM (5.00 p.m.), PP.FF Colegio Don Bosco (7.pm)

Lunes 23: MARÍA, LA MUJER BIENAVENTURADA

La Bienaventurada Virgen María, Madre del consuelo.

Participan: 5º ESM (5.00 p.m.), Exalumnos y Amigos de Don Bosco (7.pm)

Martes 24: MARÍA AUXILIO DE LOS CRISTIANOS

Participan: Equipo Pastoral y 4º ESM (9.00 a.m. Misa Juvenil), ADMA: Asociación de María Auxiliadora (11 a.m., Misa central). Promoción 86 (Después de la procesión)

lunes, 9 de mayo de 2011

La Campanilla 08-05-11

2ª ETAPA 08-05-2011 Año XVIII Nº 978 Edita: Familia Salesiana de Piura

¡Vengan y verán!

Jesús camina a nuestro lado en nuestro peregrinar por este mundo

Mantener viva la alegría de la resurrección de Cristo es uno de nuestros cometidos. Porque por la muerte y resurrección de Cristo la humanidad se ha introducido en la esfera divina y ha recibido la promesa de la vida eterna. La vida la humanidad ha cambiado y eso no puede dejarnos indiferentes. El relato evangélico comienza describiéndonos las expectativas fracasadas de los discípulos de Emaús, cómo ellos esperaban que Jesús "fuera el futuro liberador de Israel" y, en cambio, "lo condenaron a muerte y lo crucificaron". Todos nos hemos podido sentir, alguna vez, decepcionados por Dios al no cumplir nuestros deseos. Así nos ocurre a nosotros cuando no entendemos sus planes en el mundo, en la Iglesia, en nuestra vida. Y, al igual que los discípulos de Emaús, nos hundimos, protestamos, porque no entendemos. Podríamos decir

como ellos: esperábamos y, sin embargo, no ha sido así. Pero el evangelio nos enseña que Jesús camina a nuestro lado en nuestro peregrinar por este mundo. Y que debemos estar atentos para reconocerle y poder escucharle la explicación del verdadero sentido de nuestra vida, mirándola desde la óptica de

Dios y no desde la óptica humana. Descubriremos, entonces, que nuestras esperanzas no sólo se han visto cumplidas sino desbordadas, aunque no del modo o en la dirección que nosotros queríamos. San Lucas nos ha legado una importante catequesis: la Eucaristía -la fracción del pan, como la llamaban los primeros cristianos- es el momento privilegiado para que los cristianos descubramos al Resucitado. Y, además, este encuentro con Jesucristo debe servimos como motor para toda la semana y poder descubrir al Señor presente en muchas otras realidades de nuestra vida ordinaria. En la medida que vivamos la Eucaristía nuestra vida cambiará

DIOS NOS HABLA ESTA SEMANA

3er. Domingo de Pascua

Lo reconocieron al partir el pan

1ª Lec. Hechos de los apóstoles 2,14.22-33

El día de Pentecostés, Pedro, de pie con los Once, pidió atención y les dirigió la palabra: "Judíos y vecinos todos de Jerusalén, escuchad mis palabras y enteraos bien de lo que pasa. Escuchadme, israelitas: Os hablo de Jesús Nazareno, el hombre que Dios acreditó ante vosotros realizando por su medio los milagros, signos y prodigios que conocéis. Conforme al designio previsto y sancionado por Dios, os lo entregaron, y vosotros, por mano de paganos, lo matasteis en una cruz. Pero Dios lo resucitó, rompiendo las ataduras de la muerte; no era posible que la muerte lo retuviera bajo su dominio, pues David dice, refiriéndose a él: "Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. Por eso se me alegra el corazón, exulta mi lengua, y mi carne descansa esperanzada. Porque no me entregarás a la muerte ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. Me has enseñado el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia." Hermanos, permitidme hablaros con franqueza: El patriarca David murió y lo enterraron, y conservamos su sepulcro hasta el día de hoy. Pero era profeta y sabía que Dios le había prometido con juramento sentar en su trono a un descendiente suyo; cuando dijo que "no lo entregaría a la muerte y que su carne no conocería la corrupción", hablaba previendo la resurrección del Mesías. Pues bien, Dios resucitó a este Jesús, y todos nosotros somos testigos. Ahora, exaltado por la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo que estaba prometido, y lo ha derramado. Esto es lo que estáis viendo y oyendo."

Salmo responsorial

R: Señor, me enseñarás el sendero de la vida.

2ª Lec. 1Pedro 1,17-21

Queridos hermanos: Si llamáis Padre al que juzga a cada uno, según sus obras, sin parcialidad, tomad en serio vuestro proceder en esta vida. Ya sabéis con qué os rescataron de ese proceder inútil recibido de vuestros padres: no con bienes efímeros, con oro o plata, sino a precio de la sangre de Cristo, el Cordero sin defecto ni mancha, previsto antes de la creación del mundo y manifestado al final de los tiempos por nuestro bien. Por Cristo vosotros creéis en Dios, que lo resucitó de entre los muertos y le dio gloria, y así habéis puesto en Dios vuestra fe y vuestra esperanza.

3ª Lec. Lucas 24,13-35

Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo. Él les dijo: "¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?" Ellos se detuvieron preocupados. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replico: "¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días?" Él les pregunto: "¿Qué?" Ellos le contestaron: "Lo de Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves: hace dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado: pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron." Entonces Jesús les dijo: "¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?" Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura.

Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron, diciendo: "Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída." Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos

y lo reconocieron. Pero él desapareció. Ellos comentaron: "¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?" Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo: "Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón." Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

nos pocos buscan la libertad....

domingo, 1 de mayo de 2011

La Campanilla 01-05-1011

2ª ETAPA 01-05-2011 Año XVIII Nº 977 Edita: Familia Salesiana de Piura


¡Vengan y verán!


¡Señor mío y Dios mío!



El domingo pasado celebrábamos que Jesús no está muerto sino vivo. Ésta era una noticia ciertamente insólita. Y hoy ya lo celebramos presente entre nosotros en medio de la comunidad. Hoy, podríamos decir que es como la "Pascua de la comunidad". Jesús se manifiesta vivo y se aparece cuando la comunidad está reunida. Tomás no está con el resto de los apóstoles cuando Jesús se presenta. Tomás no se lo puede creer. Él, - como nosotros - no está dispuesto a creer en nada que él mismo no haya podido ver ni tocar. Es decir que él mismo no haya podido experimentar. Si las cosas han cambiado, él necesita también su propia comprobación individual. Y Jesús no se la niega, sino que, al contrario, se la facilita. Y será después de esta experiencia, propia


e individual, cuando Tomás arrancará su confesión de fe, que hoy también puede ser la nuestra: ¡SEÑOR MIO Y DIOS MIO!. La felicitación de Jesús para con nosotros es hoy una llamada a profundizar en nuestra fe, a confiar totalmente en el testimonio de los apóstoles, para no caer en el peligro que representa una fe individual, la fe de aquel que sólo él ha experimentado las cosas. Por lo tanto la experiencia de Jesús resucitado, de un Jesús que está vivo y que se aparece es lo que nos hace auténticamente comunidad. Por eso decimos que hoy es la "PASCUA DE LA COMUNIDAD".



DIOS NOS HABLA ESTA SEMANA


2do. Domingo de Pascua


A los ocho días, llegó Jesús



1ª Lec. Hechos de los apóstoles 2,42-47


Los hermanos eran constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles, en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones. Todo el mundo estaba impresionado por los muchos prodigios y signos que los apóstoles hacían en Jerusalén. Los creyentes vivían todos unidos y lo tenían todo en común; vendían posesiones y bienes, y lo repartían entre todos, según la necesidad de


cada uno. A diario acudían al templo todos unidos, celebraban la fracción del pan en las casas y comían juntos, alabando a Dios con alegría y de todo corazón; eran bien vistos de todo el pueblo, y día tras día el Señor iba agregando al grupo los que se iban salvando.



Salmo responsorial


R: Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.


Diga la casa de Israel: / eterna es su misericordia.


Diga la casa de Aarón: / eterna es su misericordia.


Digan los fieles del Señor: / eterna es su misericordia.


Empujaban y empujaban para derribarme, / pero el Señor me ayudó; / el Señor es mi fuerza y mi energía, / él es mi salvación. / Escuchad: hay cantos de victoria / en las tiendas de los justos. R.


La piedra que desecharon los arquitectos / es ahora la piedra angular. / Es el Señor quien lo ha hecho, / ha sido un milagro patente. / Éste es el día en que actuó el Señor: /sea nuestra alegría y nuestro gozo. R.



2ª Lec. 1Pedro 1,3-9


Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en su gran misericordia, por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva, para una herencia incorruptible, pura, imperecedera, que os está reservada en el cielo. La fuerza de Dios os custodia en la fe para la salvación que aguarda a manifestarse en el momento final. Alegraos de ello, aunque de momento tengáis que sufrir un poco, en pruebas diversas: así la comprobación de vuestra fe -de más precio que el oro, que, aunque perecedero, lo aquilatan a fuego- llegará a ser alabanza y gloria y honor cuando se manifieste Jesucristo. No habéis visto a Jesucristo, y lo amáis; no lo veis, y creéis en él; y os alegráis con un gozo inefable y transfigurado, alcanzando así la meta de vuestra fe: vuestra propia salvación.



3ª Lec. Juan 20,19-31


Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: "Paz a vosotros." Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al


Señor. Jesús repitió: "Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo." Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: "Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan


perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos." Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: "Hemos visto al Señor." Pero él les contestó: "Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo." A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomas con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: "Paz a vosotros." Luego dijo a Tomás: "Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente." Contestó Tomás: "¡Señor mío y


Dios mío!" Jesús le dijo: "¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto." Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Éstos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.


Para Meditar


L : Hch. 4, 23-31; Jn. 3, 1-8


M: Veneración de la Santa Cruz


Ga. 6, 14-18; Jn. 12, 31-36a


M: San Felipe y Santiago


1Cor. 15, 1-8; Jn. 14, 6-14


J : Hch. 5, 27-33; Jn. 3, 31-36


V: Hch. 5, 34-42; Jn. 6, 1-15


S: Hch. 6, 1-7; Jn. 6, 16-21


D: 3er. Domingo de Pascua


Hch. 2, 14. 22-23; 1Pe. 1, 17-21; Lc. 24, 13-35




Juan Pablo II


Mensajero de la vida, peregrino de la paz


Hoy es el día en que se llevará a cabo la ceremonia en la que será declarado beato, el recuerdo del Papa Juan Pablo II invade las calles de Roma, donde hoy su rostro se luce más que nunca. Calles, casas, buses, automóviles y negocios sin distinción exhiben en estos días diversos afiches, fotos y pancartas con la imagen y frases famosas del futuro beato que fue el vecino más querido de esta ciudad durante sus más de 27 años de Pontificado. Al mismo tiempo, cientos de peregrinos hicieron fila en la tumba de Juan Pablo II antes de que sus restos sean exhumados y trasladados a la cripta de la Basílica de San Pedro. SU PASO POR PIURA Hace 26 años tuvimos el privilegio de contar con la visita del Papa Juan Pablo II a nuestro país y un 4 de febrero llegó a nuestra ciudad quien lo acogió multitudinariamente durante su primera visita. Toda nuestra ciudad no olvidará jamás la alegría de haber tenido la visita del Mensajero de la Vida y Peregrino de la Paz. PIURA CELEBRA LA BEATIFICACIÓN DE JUAN PABLO II La Arquidiócesis de Piura ha organizado las siguientes actividades para celebrar la Beatificación de Juan Pablo II, en ceremonias presididas por Monseñor José Antonio Eguren, Arzobispo Metropolitano de


Piura.



Sábado 30 de abril


06:00 p.m. Vigilia de Oración con los jóvenes por la Beatificación del Papa Juan Pablo II: Juan Pablo II, Amigo de los Jóvenes - Basílica Catedral



Domingo 01 de mayo


09:00 a.m. Encuentro con Misioneros Parroquiales y Movimientos Eclesiales. Coliseo Don Bosco de Piura.


10:00 a.m. Rezo del Santo Rosario.


11:00 a.m. Santa Misa de Acción de Gracias por la Beatificación de Juan Pablo II. Proclamación de la Arquidiócesis de Piura y Tumbes en estado de misión permanente.



Lunes 02 de mayo


Inauguración de la Exposición Fotográfica sobre la vida y visita del Papa Juan Pablo II a Piura - Casa Grau.