Adviento 2013

Adviento 2013

domingo, 14 de noviembre de 2010

La Campanilla 14-11-2010

2ª ETAPA 14-11-2010 Año XVII Nº 950 Edita: Familia Salesiana de Piura

Don Bosco visita a los piuranos

El final del tiempo

Hoy, prácticamente, acabamos el año litúrgico de una manera ordinaria, porque el domingo que viene lo haremos ya con la fiesta final de Cristo Rey. Pero hoy, el penúltimo domingo, el evangelio tiene también un sentido final: se acaba el Templo de Jerusalén como espacio único de encuentro entre el pueblo creyente y Dios, y empieza "un nuevo Templo" que ya no será una edificación de piedras, sino que será una persona: Jesucristo mismo. El anuncio que hace Jesús del camino que nos espera como seguidores suyos no es en absoluto de color de rosa. No anuncia una Iglesia triunfante, sino sufriente. El maestro no engaña, el camino es tempestuoso y difícil, pero sólo siguiendo este camino "con su perseverancia salvaran sus almas". El mensaje de las lecturas de hoy es de difícil comprensión en un mundo como el nuestro, en el cual predominan las consignas

que nos invitan a aplicar, en los diferentes aspectos de nuestra existencia, la ley del mínimo esfuerzo, buscar el placer por encima de todo y, en definitiva, a llevar una vida fácil. Jesús nos advierte que también tendremos que pasar dificultades, pero que no nos alarmemos. Es el precio que hemos de pagar para conseguir la victoria. Pero, el sufrimiento (en sí mismo o porque sí) nunca lleva a la vida (¡eso sería una barbaridad!) pero sí que lleva a la vida la manera como somos capaces de vivir el sufrimiento. La paciencia y la constancia sí que llevan a la vida. "Ni un cabello de su cabeza perecerá". Esta afirmación es garantía de que, ocurra lo que ocurra, Dios no nos abandonará nunca, de que tiene poder para orientarlo todo hacia nuestro bien.

Dios nos habla esta semana

Domingo XXXIII del Tiempo Ordinario

Con su perseverancia salvaran sus almas

1ª Lec. Malaquías 3, 19-20a

Mirad que llega el día, ardiente como un horno: malvados y perversos serán la paja, y los quemaré el día que ha de venir - dice el Señor de los ejércitos-, y no quedará de ellos ni rama ni raíz. Pero a los que honran mi nombre los iluminará un sol de justicia que lleva la salud en las alas.

Salmo responsorial

R: El Señor llega para regir los pueblos con rectitud.

Tañed la cítara para el Señor, suenen los instrumentos: con clarines y al son de

trompetas, aclamad al Rey y Señor. R.

Retumbe el mar y cuanto contiene, la tierra y cuantos la habitan; aplaudan los ríos,

aclamen los montes al Señor, que llega para regir la tierra. R.

Regirá el orbe con justicia y los pueblos con rectitud. R.

2ª Lec. 2Tesalonicenses 3, 7-12

Hermanos: Ya sabéis cómo tenéis que imitar nuestro ejemplo: no vivimos entre vosotros sin trabajar, nadie nos dio de balde el pan que comimos, sino que trabajamos y nos cansamos día y noche, a fin de no ser carga para nadie. No es que no tuviésemos derecho para hacerlo, pero quisimos daros un ejemplo que imitar. Cuando vivimos con vosotros os lo mandarnos: el que no trabaja, que no coma. Porque nos hemos enterado de que algunos viven sin trabajar, muy ocupados en no hacer nada. Pues a esos les mandamos y recomendamos, por el Señor Jesucristo, que trabajen con tranquilidad para ganarse el pan.

3ª Lec. Lucas 21, 5-19

En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos. Jesús les dijo: "Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido." Ellos le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?" Él contesto: "Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: "Yo soy", o bien: "El momento está cerca; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida." Luego les dijo: "Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre. Habrá también espantos y grandes signos en el cielo. Pero antes de todo eso os echarán

mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Así tendréis ocasión de dar testimonio. Haced propósito de no preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa mía. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.

Para meditar

L: Ap. 1, 1-4; 2, 1-5a; Lc. 18, 35-43

M: Ap. 3, 1-6. 14-22; Lc. 19, 1-10

M: Ap. 4, 1-11; Lc. 19, 11,28

J. Ap. 5, 1-10; Lc. 19, 41-44

V: Ap. 10, 8-11; Lc. 19, 45-48

S: Ap. 11, 4-12; Lc. 20, 27-40

D: Jesucristo Rey del Universo

2Sam. 5, 1-3; Col. 1, 12-20; Lc. 23, 35-43

AMAR LA VIDA CON PASIÓN

Decálogo de la Vida

1. Amar

Amar la vida que se nos ha dado por amor y en el amor. Amada cada día con pasión; amar la propia vida y la vida del hermano; la vida de los débiles y de los pobres; la vida naciente y la vida ya gastada. Sólo un verdadero amor sabe custodiar y defender la vida.

2. Admirar

El amor, antes que a cumplir, nos invita a admirar; a dejamos envolver y sorprender por la vida, a contemplada en su misterio y a sentir las ganas y el gozo de vivir; ya gritar muy fuerte, pero muy dentro del corazón: ¡vivir, qué maravilla y qué enigma!.

3. Agradecer

El amor desencadena el agradecimiento. Porque nadie verá jamás el mundo con mis ojos, ni acariciará con mis manos, ni rezará con mis labios, ni amará con mi corazón.

4. Respetar

El amor implica respeto, un respeto sagrado, porque la vida humana es sagrada. Los humanos no somos dioses, pero hemos sido creados por Dios a su imagen. Respetar la vida humana es respetar al Creador.


P Respetar

El amor implica respeto, un respeto sagrado, porque la vida humana es sagrada. Los humanos no somos dioses, pero hemos sido creados por Dios a su imagen. Respetar la vida humana es respetar al Creador.

6. Cuidar

De todo y de todos. Toda la creación es obra del amor de Dios, todo es bueno, animales, plantas, firmamento, estrellas, mares, todo tiene valor en sí mismo. Reconocer, pues, la dignidad de la tierra, respetar la naturaleza y aceptar la riqueza de todas las criaturas.

7. Curar

Curar las heridas, la enfermedad y el sufrimiento, y acompañar a los heridos, a cuantos sufren, malviven y mal mueren. Ofrecer razones para luchar, sufrir, vivir y esperar.

8. Entregar

Dar la vida, partirla, compartirla y repartirla cada día entre los hermanos, como la entregó y entrega Jesús. La vida encuentra su centro, su sentido y su plenitud cuando se entrega.

9. Educar en el valor de la vida

Suscitar el sentido y la alegría de vivir, el aprecio por los valores humanos, el respeto por la dignidad de toda vida. Construir junto con todos los hombres de buena voluntad la verdadera cultura de la vida.

10. Celebrar

La vida es siempre culto, manifestación de alabanza, porque cada vida humana es un prodigio de amor. Celebrar la vida es amar, admirar y celebrar al Dios de la Vida.

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