2ª ETAPA 05-12-2010 Año XVII Nº 953 Edita: Familia Salesiana de Piura
Don Bosco visita a los piuranos
Adviento: un Tiempo de Esperanza
Juan Bautista nos hace una llamada urgente: "Convertíos". Cada uno de nosotros sabe su situación personal. Cada uno de nosotros tiene en su corazón un conjunto de preocupaciones y deseos. Problemas insolubles y angustias. El mensaje de Juan es una llamada a la conversión. Hemos de cambiar nuestra mentalidad. Hemos de ser sencillos y pobres ante el Señor y pedirle: ¿qué hacer?, ¿en qué cosas debo cambiar? Con humildad hemos de aceptar nuestra realidad tal como es. Y mal andaremos si no sabemos hacerlo. Debemos luchar, evidentemente, para superamos, aunque al mismo tiempo debemos rezar descubriendo cuál es la voluntad de Dios, pidiendo ayuda y, sobre todo, pidiendo la paz del corazón. El Señor nos reconfortará. Si acudimos a él con un corazón sencillo y con confianza él se nos acercará y nos consolará. En todas nuestras relaciones podemos hacer el bien o dejar de hacerlo, podemos construir la paz o enfriar nuestra relación, podemos dar alegría o entristecer... Aquí todos tenemos un papel importante. Puedo mejorar mi entorno o empeorarlo. Y esto depende de mí. Con mi manera de hacer, con el amor a los demás y con mi colaboración puedo hacer que en nuestra comunidad y a mi alrededor haya más paz, más alegría, más amor, más esperanza. Con mis pequeñas fuerzas puedo hacer que mi relación con los otros sea más buena, y juntos podemos mejorar nuestro mundo y nuestra Iglesia. ¡Bien
unidos podemos hacer mucho!
Dios nos habla esta semana
Segundo Domingo de Adviento
Conviértanse, porque está acerca el reino de los cielos
1ª Lec. Isaías 11,1-10
Aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé, y de su raíz florecerá un vástago. Sobre él se posará el espíritu del Señor: espíritu de prudencia y sabiduría, espíritu de consejo y valentía, espíritu de ciencia y temor del Señor. Le inspirará el temor del Señor. No juzgará por apariencias ni sentenciará sólo de oídas; juzgará a los pobres con justicia, con rectitud a los desamparados. Herirá al violento con la vara de su boca, y al malvado con el aliento de sus labios. La justicia será cinturón de sus lomos, y la lealtad, cinturón de sus caderas. Habitará el lobo con el cordero, la pantera se tumbará con el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos: un muchacho pequeño los pastoreará. La vaca pastará con el oso,
sus crías se tumbarán juntas; el león comerá paja con el buey. El niño jugará con la hura del áspid, la criatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente. No harán daño ni estrago por todo mi monte santo: porque está lleno el país de la ciencia del Señor, como las aguas colman el mar. Aquel día, la raíz de Jesé se erguirá como enseña de los pueblos: la buscarán los gentiles, y será gloriosa su morada.
Salmo responsorial
R: Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente.
2ª Lec. Romanos 15,4-9
Hermanos: Todas las antiguas Escrituras se escribieron para enseñanza nuestra, de modo que entre nuestra paciencia y el consuelo que dan las Escrituras mantengamos la esperanza. Que Dios, fuente de toda paciencia y consuelo, les conceda estar de acuerdo entre ustedes, según Jesucristo, para que unánimes, a una voz, alaben al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. En una palabra, acójanse mutuamente, como Cristo los acogió para gloria de Dios. Quiero decir con esto que Cristo se hizo servidor de los judíos para probar la fidelidad de Dios, cumpliendo las promesas hechas a los patriarcas; y, por otra parte, acoge a los gentiles para que alaben a Dios por su misericordia. Así dice la Escritura: "Te alabaré en medio de los gentiles y cantaré a tu nombre."
3ª Lec. Mateo 3, 1-12
Por aquel tiempo, Juan Bautista se presentó en el desierto de Judea, predicando: "Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos." Éste es el que anunció el profeta Isaías diciendo: "Una voz grita en el desierto: "Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos." Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y del valle del Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el Jordán. Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo: "¡Camada de víboras!, ¿quién les ha enseñado a escapar del castigo inminente? Dad el fruto que pide la conversión. Y no se hagan ilusiones, pensando: "Abrahán es nuestro padre", pues les digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras. Ya toca el hacha la base de los árboles, y el árbol que no da buen fruto será talado y echado al fuego. Yo los bautizo con agua para que se conviertan; pero el que viene detrás de mí puede más que yo, y no merezco ni llevarle las sandalias. Él los bautizará con Espíritu Santo y fuego. Él tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga."
Para meditar
L: Is. 35, 1-10; Lc. 5, 17-26
M: Is. 40, 1-11; Mt. 18, 12-14
M: Inmaculada Concepción de María
Gn. 3, 9-15.20; Ef. 1, 3-6. 11-12; Lc. 1, 26-38
J. Is. 41, 13-20; Mt. 11, 11-15
V: Is. 48, 17-19; Mt. 11, 16-19
S: Eclo. 48, 1-4. 9-11; Mt. 17, 10-13
D: 3er. Domingo de Adviento
Is. 35, 1-6a.10; Sant. 5, 7-10; Mt. 1, 1.2-11
8 de Diciembre
Inmaculada Concepción de María
Ya en el corazón del Adviento, celebramos la fiesta de la INMACULADA. ¡Qué suerte!. María nos acompaña siempre. Hemos escuchado con alegría las palabras del Angel: "ALEGRATE, LLENA DE GRACIA, EL SEÑOR ESTÁ CONTIGO". ¡Qué maravilla! ¡Llena de gracia! ¡lo hemos dicho tantas veces en la oraci6n! Pero conviene que esta fecha especialmente prestemos más atenci6n a no caer en la rutina. María, gracias al Salvador, ya ha sido liberada en su Concepción de todo rastro de pecado. ¡Invoquémosla! Ella es la madre de Jesús y Jesús nos la da como madre nuestra. ¡Qué Madre! ¡Qué alegría debemos tener es esta fiesta!. Ella es la primera cristiana y el primer fruto de la redención. Por eso también podemos decir que ella nació de Cristo antes que Cristo naciera de ella. Dejemos que María nos acompañe y nos lleve hasta Cristo y pidamos que sepamos imitarla. Ella es extraordinariamente única, es la criatura más bella de la creación. Pero también es la criatura más bondadosa, más humilde, más comprensiva, más generosa, más fiel, más asequible. Esta belleza única se llama María. Y es nuestra Madre.
Oración del Segundo Domingo de Adviento
(Para hacerlo en y con toda la familia)
«Los profetas mantenían encendida la esperanza de Israel. Nosotros, como un símbolo, encendemos estas dos velas. El viejo tronco está rebrotando, florece el desierto. La humanidad entera se estremece porque Dios se ha sembrado en nuestra carne. Que cada uno de nosotros, Señor, te abra su vida para que brotes, para que florezcas, para que nazcas y mantengas en nuestro corazón encendida la esperanza.
¡Ven pronto, Señor . Ven, Salvador!
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