2ª ETAPA 13-02-2011 Año XVIII Nº 965. Edita: Familia Salesiana de Piura
¡Vengan y verán!
Jesús viene a dar plenitud a la Ley
En el evangelio de este domingo hemos visto desfilar las conocidas antítesis que siguen aquel conocido esquema: Habéis oído que se dijo a los antiguos... Pues yo os digo. Jesús viene a dar plenitud de sentido a los mandamientos de la ley. La Ley antigua se cumple ahora en Jesús, que es su intérprete definitivo. Él busca las motivaciones originales de la ley y realiza su verdadera dimensión. El cristiano es llamado a convertirse el hombre en plenitud. La primera antítesis, sobre el homicidio y la reconciliación, se centra en la preocupación por el perdón y el amor fraterno. En clave evangélica "no matarás" significa no odiar, no maldecir, perdonar siempre, porque del rencor y el insulto brotan la violencia y el asesinato. La segunda antítesis se refiere al adulterio y el escándalo. En este caso, Jesús coloca el acento en la conciencia de la persona y en su capacidad de decisión. Así el verbo "desear", que de por sí no implica ninguna acción concreta, indica una opción y un actitud personal negativas. La tercera antítesis aborda el problema del divorcio, defendiendo su unidad inquebrantable en cuanto signo del amor de Dios.
La última antítesis concierne a los juramentos que, en una sociedad de cultura oral, simbolizan las relaciones interpersonales y sociopolíticas. Jesús defiende la sinceridad y la verdad en cualquier tipo de relación humana. Amor, honestidad, verdad son, pues, los valores que han de determinar las decisiones del discípulo de Jesús.
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6º domingo de Tiempo Ordinario
Se dijo a los antiguos, pero yo les digo
Si quieres, guardarás los mandatos del Señor, porque es prudencia cumplir su voluntad; ante ti están puestos fuego y agua: echa mano a lo que quieras; delante del hombre están muerte y vida: le darán lo que él escoja. Es inmensa la sabiduría del Señor, es grande su poder y lo ve todo; los ojos de Dios ven las acciones, él conoce todas las obras del hombre; no mandó pecar al hombre, ni deja impunes a los mentirosos.
R: Dichoso el que camina en la voluntad del Señor.
2ª Lec. 1Corintios 2,6-10
Hermanos: Hablamos, entre los perfectos, una sabiduría que no es de este mundo, ni de los príncipes de este mundo, que quedan desvanecidos, sino que enseñamos una sabiduría divina, misteriosa, escondida, predestinada por Dios antes de los siglos para nuestra gloria. Ninguno de los príncipes de este mundo la ha conocido; pues, si la hubiesen conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria. Sino, como está escrito: "Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que lo aman." Y Dios nos lo ha revelado por el Espíritu. El Espíritu lo sondea todo, incluso lo profundo de Dios.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "No crean que he venido a abolir la
Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Les aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley. El que se salte uno sólo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos. Se lo aseguro: Si no son mejores que los escribas y fariseos, no entrarán en el reino de los cielos. Han oído que se dijo a los antiguos: "No matarás", y el que mate será procesado. Pero yo les digo: Todo el que esté peleado con su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano "imbécil", tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama "renegado", merece la condena del fuego. Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito, procura arreglarte en seguida, mientras vas todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último cuarto. Hans oído el mandamiento "no cometerás adulterio". Pues yo les digo: El que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero con ella en su interior. Si tu ojo derecho te hace caer, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en el infierno. Si tu mano derecha te hace caer, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero al infierno. Está mandado: "El que se divorcie de su mujer, que le dé acta de repudio." Pues yo les digo: El que se divorcie de su mujer, excepto en caso de impureza, la induce al adulterio, y el que se case con la divorciada comete adulterio. Has oído que se dijo a los antiguos: "No jurarás en falso" y "Cumplirás tus votos al Señor". Pues yo les digo que no juren en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo pelo. A ustedes les basta decir "si" o "no". Lo que pasa de ahí viene del Maligno."
Para meditar
L: Gn. 4, 1-15. 2; 5; Mc. 8, 11-13
M: Gn. 6, 5-8; 7, 5-10; Mc. 8, 14-21
M: Gn. 8, 6-13. 20-22; Mc. 8, 22-26
J. Gn. 9, 1-13; Mc. 8, 27-33
L: Gn. 4, 1-15. 2; 5; Mc. 8, 11-13
M: Gn. 6, 5-8; 7, 5-10; Mc. 8, 14-21
M: Gn. 8, 6-13. 20-22; Mc. 8, 22-26
J. Gn. 9, 1-13; Mc. 8, 27-33
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