2ª ETAPA 10-10-2010 Año XVII Nº 945 Edita: Familia Salesiana de Piura
Don Bosco visita a los piuranos
Demos gracias al Señor
La Palabra de Dios nos habla hoy del agradecimiento. Ojalá supiéramos expresar con frecuencia a Jesús: "Gracias, muchas gracias". Jesús cura a esos diez leprosos, según el evangelio, devolviéndoles la dignidad humana y sólo uno de ellos vuelve a él muy contento para darle gracias. Al curar a los leprosos, Jesús les devuelve la dignidad y la libertad, pues según la ley de ese tiempo estaban marginados y separados de la sociedad. Por eso expresa su tristeza al comprobar que la mayoría de ellos no repara en lo recuperado y sólo piensa en sí mismo. Nosotros también tenemos muchos motivos para estar agradecidos. Somos creyentes. Dios nos ama. Vivimos, tenemos amigos y nos aprecian muchas personas: en la familia, en el trabajo, en la vecindad. ¡Hay tantas cosas bellas en el mundo y en cada uno de nosotros! Por todo ello deberíamos dar siempre gracias al buen Dios. Es cierto que abundan también las cosas tristes y las situaciones duras. A algunos les toca sufrir mucho... Y sabemos que la vida no es color de rosa. Pero Jesús nos da la fuerza para vivir y amar, nos da aliento y esperanza, nos ha dado el don de la fe. Seguro que con la ayuda del Señor y en la oración encontraremos muchos motivos por los cuales debemos dar gracias. Jesús quiere que vivamos felices, quiere devolvernos la dignidad, la alegría, la esperanza, las ganas de vivir. Por eso, a pesar de todos los problemas y el sufrimiento, él sale a nuestro encuentro y nos da paz.
¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?
En aquellos días, Naamán de Siria bajó al Jordán y se bañó siete veces, como había ordenado el profeta Eliseo, y su carne quedó limpia de la lepra, como la de un niño. Volvió con su comitiva y se presentó al profeta, diciendo: "Ahora reconozco que no hay dios en toda la tierra más que el de Israel. Acepta un regalo de tu servidor." Eliseo contestó: "¡Vive Dios, a quien sirvo! No aceptaré nada." Y aunque le insistía, lo rehusó. Naamán dijo: "Entonces, que a tu servidor le dejen llevar tierra, la carga de un par de mulas; porque en adelante tu servidor no ofrecerá holocaustos ni sacrificios a otros dioses fuera del Señor."
R: El Señor revela a las naciones su salvación. Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas: su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R.
El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. R.
Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclama al Señor, tierra entera, gritad, vitoread, tocad. R.
Querido hermano: Haz memoria de Jesucristo, resucitado de entre los muertos, nacido del linaje de David. Éste ha sido mi Evangelio, por el que sufro hasta llevar cadenas, como un malhechor; pero la palabra de Dios no está encadenada: Por eso lo aguanto todo por los elegidos, para que ellos también alcancen la salvación, lograda por Cristo Jesús, con la gloria eterna. Es doctrina segura: si morimos con él, viviremos con él. Si perseveramos, reinaremos con él. Si lo negamos, también él nos negará. Si somos infieles, él permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo.
Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Cuando iba a
entrar en un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: "Jesús, maestro, ten compasión de nosotros." Al verlos, les dijo: "Id a presentaros a los sacerdotes." Y, mientras iban de camino, quedaron
limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias. Éste era un samaritano. Jesús tomó la palabra y dijo: "¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?" Y le dijo: "Levántate, vete; tu fe te ha salvado."
L: Ga. 4, 22-24. 26-27; Lc. 11, 29-32
M: Señor Cautivo de Ayabaca
Ga. 5, 1-6; Lc. 11, 37-41
M: Ga. 5, 18-25; Lc. 11, 42-47
J. Ef. 1, 1-10; Lc. 11, 47-54
V: Ef. 1, 11-14; Lc. 12, 1-7
S: Ef. 1, 15-26; Lc. 12, 8-12
D: XXIX Domingo del Tiempo Ordinario
Ex. 17, 8-13; 2Tm. 3, 14. 4,2; Lc. 18, 1-8
"Propagad la devoción a María Auxiliadora y veréis lo que son los milagros" (Don Bosco) Continuación
¡¡Anímate!! Inscríbete como Familia responsable y anima a 9 familias para que la imagen de la Virgen María Auxiliadora los visite. "La familia que reza unida, permanece unida". La consagración, además de oración, es verdadero acto de amor y de entrega. Es crecer en el amor, en la generosidad y donación. Es abrir el corazón y buscar la voluntad de Dios sobre la propia vida. Para la consagración no hay edades, porque se trata de dar un "SI" definitivo a Cristo, por manos de María. Es una alianza, un pacto, algo íntimo entre Cristo y yo. Es una promesa. Es la renovación de mis compromisos bautismales con Cristo a través de María. Consagrarse es entregarse enteramente a la Santísima Virgen para ser totalmente
de Jesucristo por medio de Ella. Con esta consagración le estoy diciendo: te entrego mi cuerpo, mi alma, con todo lo que soy: mi inteligencia y voluntad, mi pensar, mi querer, mi hablar, mi sentir; mis bienes, mis cualidades y defectos, mis méritos, mis virtudes, mi pasado, mi presente y mi fututo: todo lo pongo en tus manos. Soy todo (a) tuyo (a).
¡Que honra pertenecer a Jesús por María!
12 de octubre
Bendíceme Señor Cautivo de Ayabaca
Señor Cautivo: con humildad vengo ante tu presencia. Que gozo tan grande es estar ante Ti. Te doy gracias y te alabo por tu Majestad infinita. Por favor perdóname todos mis pecados. Señor, vengo ante Ti pobre y humilde. Quiero alabarte. Quiero amarte con todo mi corazón, con toda mi mente, con todo mi ser. Te pido que me levantes ante tu presencia. Que brille tu luz sobre mí. Permíteme caminar contigo y seguir tus pasos, pues quiero ser como Tú. Protégeme y bendíceme, oh mi Señor Jesús Cautivo. Lléname de tu Espíritu. Concédeme amor, paz y alegría. Sáname de mis enfermedades y de mis pecados. Bendíceme y santifícame, oh Señor. Hazme una bendición para todos aquellos a mí alrededor. Amén.
Mes de Octubre MES MISIONERO
"La Iglesia es Misionera por naturaleza"
2ª SEMANA
Iniciamos la semana de sacrificio y dolor compartidos, observando la dura realidad de un mundo que sufre la marginación, la exclusión, el desprecio, la división. Pero
observamos también a esos enviados del amor del Padre, nuestros misioneros, que comparten sus alegrías y penas, sus sufrimientos y anhelos; ellos son la prueba de que el reino ha llegado.
Acciones:
1) Leer y distribuir el tríptico de los enfermos misioneros.;
2) Distribuir las estampas con la oración del enfermo misionero
En Iskenderún (Turquía), no muy lejos de Tarso, patria de San Pablo, el Apóstol de los gentiles, ha sido martirizado Monseñor LUIGI PADOVESE, presidente de la Conferencia Episcopal de Turquía. Una mujer de Armenia llora despacio a la entrada de la parroquia de la Anunciación, donde no menos de 350 personas rodean el ataúd de su Obispo Mons. PADOVESE. "Nos quieren botar", dice rezando el rosario. Desde el púlpito Mons. Franceschini predica tratando de tranquilizar a los cristianos: "No tengan miedo… Nadie podrá apagar la llama de
la fe, ni la mano que ha matado a Mons. Padovese, ni las versiones que han tratado de ofuscar la grandeza de este hombre". El gobierno turco habla del asesino como de un enfermo mental. Demasiadas veces Turquía ha justificado los asesinatos con la inestabilidad mental de los asesinos. Pero Murat Altun es un hombre totalmente lúcido. Pero el asesino Murat Altun bien sabía lo que había planificado. Cuando se precipitó sobre Mons. PADOVESE, parece haber tenido la ayuda de un cómplice. Al grito: "Allah Akbar", Dios es Grande, le cortó la yugular.
Parece haber unas consignas precisas: matar a los cabezas y a las personas significativas, como pasó en Mosul (Irak), donde el Obispo fue asesinado; en Argelia, donde los siete religiosos también fueron matados bárbaramente después de haber recibido amenazas de muerte. Matando al Pastor, el rebaño se dispersa.
¡Vida difícil para los cristianos en tierra musulmana!
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